SEED 06: OASIS EN LA CIUDAD
THE GARDEN BY MUJJŌ 

OASIS EN LA CIUDAD

24.08.2025
Cómo los espacios verdes nos devuelven a la vida 

“Nature is not a place to visit. It is home.”Gary Snyder

Cuando me vine a Viena en Junio, pensé que pasar el verano en la ciudad iba a ser difícil para una persona que ha nacido en la costa atlántica andaluza donde kilométricas playas arenosas y muchas horas de sol te abrazan cada día. 

He pasado gran parte de este año sintiéndome existencialista sobre el tiempo y las consecuencias, cuestionando los caminos que tomamos y adonde nos llevan.

Pero allí, en la isla del Danubio, sentada en la hierba observando los cisnes pasear por "el bello Danubio azul", un río que atraviesa 2.850 km de longitud, recordé la sabiduría de los ríos. Los ríos nacen con discreción: Nieve derretida, un manantial escondido en la montaña, lluvia que se desliza hacia abajo... No se hacen grandes por la prisa, sino por la unión: se alimentan de arroyos, recogen afluentes, se dejan entrelazar hasta volverse un solo cauce. Nada necesita empezar con fuerza para llegar a ser inmenso, basta con atreverse a fluir.

Y entonces me sentí en casa, un refugio en medio de una urbe vibrante. Entendí que una ciudad también puede tener su propio oasis. Los parques y riberas no son lujos, sino pulmones que permiten a las urbes seguir siendo habitables. Estos espacios verdes son más que paisajes: son sistemas de cuidado colectivo y de sostenibilidad.

La naturaleza compartida, es lugar de encuentro y comunidad, lo verde nos iguala, nos conecta con los demás, ofrece un lugar de convivencia fuera del consumo. En una sociedad de individualismo y materialismo, los jardines urbanos nos invitan a compartir lo esencial. Frente al deseo constante de adquirir cosas, basta una sombra, un banco, un río para sentir plenitud.

Lo que nos sostiene no es el consumo ni el movimiento constante, sino la posibilidad de detenerse, respirar y volver a sentir que somos parte de algo más grande que nosotros.

Sentada junto a ese bonito meandro, dejé atrás todas las preguntas con las que había salido de casa. En ese momento, me invadió la sensación de que bastaba con estar allí, bajo la sombra de un árbol, respirando la nostalgia. Regalos de un cuerpo de agua; Alte Donau, antiguo brazo del Danubio, segundo río más largo de Europa. Y mi único pensamiento fue «gracias».

 

Words & Photograph by Rosario Aragón

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